PRINCIPIOS RECTORES
- La Cámara Argentina de Comercio, en su carácter de agente natural de la educación en las materias de su competencia, ha decidido desempeñar un papel activo en la formación y capacitación de personas, tanto en las actividades comerciales como en las de prestación de servicios.
- Aspiramos a que nuestro Instituto Privado sea un centro de excelencia en el aprendizaje profesional, que combine la generalidad con la especialidad y la teoría con la práctica; que transmita conocimientos sólidos, que brinde adecuada información y que estimule la investigación, la creatividad y el debate racional.
- Entendemos que educar es preparar al hombre para recibir valores y aprender es ante todo aceptar la modificación de comportamientos personales. La consciente realización de si mismo, en libertad, es, en definitiva, el principio y el fin de la educación que impulsamos. Pretendemos entonces contribuir a formar seres humanos íntegros, sensibles a los problemas sociales y morales, preparando ciudadanos responsables. Se es libre, en la medida que se es mejor.
- Reconocemos la variedad de aptitudes e intereses legítimos de las personas, que la educación ordena para su perfeccionamiento y para el bien común de la sociedad.
- Todo ello dentro del marco de una economía que por naturaleza debe ser el producto viviente de la libre iniciativa del hombre, su objeto y fin último. Por eso propiciamos una economía de mercado que funcione con tanta libertad como sea posible y con la menor regulación necesaria, y que resulte apta para reorganizar la relación de la producción con la naturaleza y su límite ecológico.
- Formamos parte de un entorno geográfico concreto en el sur de América y poseemos una identidad cultural que ratifica nuestro sentido nacional, a partir del cual con generosidad pero sin resignaciones queremos ser constructores y beneficiarios del regionalismo y del universalismo.
- Finalmente apreciamos de profesores y de alumnos, como de todos los miembros de la Cámara Argentina de Comercio, la vocación de servicio y el espíritu de equipo que nos legaron nuestros antecesores desde 1924.
Valoremos la ética y la solidaridad;
Forjemos nuestra voluntad; seamos perseverantes;
Actuemos con humildad, austeridad y alegría.